lunes, 12 de noviembre de 2007

GUIA DE MEDITACION SHAMATA O DE ESTABILIDAD DE LA ATENCION

Iniciamos después de hacer una(s) plegaria(s) de aspiración o de apertura, entendiendo las bendiciones solicitadas como la inspiración para que utilicemos nuestra práctica y las enseñanzas para ser de beneficio a todos los seres que nos rodean, para contagiarlos con el espíritu de la transformación.

Hacemos conciencia de que no hay nada más importante que podamos estar haciendo en éste momento, y asentamos nuestra motivación de que el esfuerzo que invertimos en transformarnos pueda sembrar las bases para desarrollar una mente más serena, más lúcida y atenta, que nos permita ver las cosas más objetivamente.

Revisamos nuestra postura: que la espalda y la cabeza estén erguidas pero relajadas; nuestros ojos abiertos, reposando la mirada cómodamente -sin concentrarla ni difundirla- a un ángulo de aproximadamente 45 grados; la lengua ligeramente pegada a la parte superior frontal del paladar; las piernas en la postura vajra, medio loto, o cruzadas de forma que nos mantengan erguidos y en equilibrio; las manos en la postura adecuada a la altura del plexo solar, unos 4 dedos abajo del ombligo, colocando la mano derecha sobre la izquierda (ellos), o la izquierda sobre la derecha (ellas), o simplemente en los muslos, sobre las rodillas.
Ponemos la atención sobre nuestra respiración: que no sea ni muy profunda ni muy superficial, pero sin controlarla o manipularla, simplemente notándola. Algo así como el 20% de nuestra atención puesta en ella como referente, y a cada idea, imagen o emoción que surja, darse cuenta de ella, liberarla sin aferrarse ni emitirle juicios de valor, y volver la atención a la respiración, haciendo esto tantas veces como sea necesario.

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