lunes, 2 de febrero de 2009

Algunos apuntes para Budadarma 101: el programa de los Cuatro Años

Para comprender el Budadarma en forma correcta y obtener de esta enseñanza el mayor provecho, es indispensable entender su forma de ver las cosas, porque si lo hacemos a través de las gafas de nuestra cultura, encontraremos dificultades y haremos despilfarro de esta enorme riqueza espiritual. El Buda explicó que la realidad es como un diamante: todos la vemos de un color distinto, cuando en realidad no tiene ningún color.

El Buda demostró que una de las causas de nuestros problemas es el creer que el mundo solo tiene una forma de ser –aquella que percibimos- desechando otras posibilidades de percepción. El ignorar el hecho de que somos nosotros quienes hemos creado el mundo y pensar que lo que percibimos existe desde su propio lado es lo que llamó Avidya o ignorancia, la percepción de esa solidez aparente y esa separación del observador y lo observado.

Por esto es importante comenzar el estudio del Budadarma desde el principio, como si fuera un mundo nuevo ante los ojos de un niño; con la misma frescura y desde adentro.

El desarrollo espiritual es como ascender a la cima de la montaña más alta: la panorámica total que se goza llegando allí es como el Despertar pleno; su descripción en palabras es la visión; las enseñanzas son el mapa que nos muestra nuestra ubicación y los distintos caminos que podemos tomar para ascender y alcanzar la visión.

Pero escuchar la descripción del paisaje y estudiar el mapa no es suficiente; cuando completemos el ascenso hasta la cima podremos experimentar el panorama con nuestros propios ojos. El pensar que entender las enseñanzas es lo mismo que tener la vivencia, es confundir el mapa con el terreno.

El que alguien haya llegado a la cima primero y haya vuelto para contarlo, nos permite contar con un guía que nos describa la visión infundiendo confianza en el propósito del despertar, ayudándonos después con la interpretación del mapa y con útiles consejos sobre los detalles de los senderos a recorrer hasta la cima.

La ignorancia está en el fondo de todo conflicto humano. Todos buscamos la felicidad y a menudo encontramos frustración e insatisfacción. A menudo nos preguntamos si la vida es injusta en ver de cuestionarnos si no somos nosotros en nuestro egocentrismo, quienes somos injustos con la vida.

Como seres humanos construimos nuestro futuro hoy mismo. El Budadarma nos enseña a vivir el aquí y ahora que nos libera de la insatisfacción, la frustración y el sufrimiento haciendo surgir nuestra naturaleza compasiva inmanente, actualizando el potencial del despertar que nos es inherente: nuestra propia naturaleza Búdica.