sábado, 19 de enero de 2008

FRASES de TOMA de REFUGIO

FRASES de TOMA de REFUGIO en SANSCRITO y TIBETANO

NAMO GURUBHYE

LA-MA NAM-LA KYAB-SU-CHIO

Tomo refugio en el Lama


NAMO BUDHAYE

SANG-YE NAM-LA KYAB-SU-CHIO

Tomo refugio en el Buda


NAMO DHARMAYE

CHÖ NAM-LA KYAB-SU-CHIO

Tomo refugio en el Darma


NAMO SANGHAYE

GEN-DÜN NAM-LA KYAB-SU-CHIO

Tomo refugio en la Sanga

miércoles, 16 de enero de 2008

LAMA DAWA CHODAK RIMPOCHE. Curso introductorio de Budhismo Tibetano


Itinerario de LAMA DAWA en Ensenada, BC - Enero 17 al 28 del 2008 (Sujeto a modificaciones por indicaciones del Lama)




Durante Diciembre y Enero se dará un curso introductorio a los temas que abordará Lama Dawa en el recinto del Yeshe Nyingpo en La Milpa

Jueves 17
9am -12md / Votos de Refugio, previa cita al tel. 176-7848 con Padma
Cada media hora. Se ampliará al día siguiente si no alcanzan todos.
6pm - 9pm Enseñanzas sobre el significado del Refugio

Viernes 18
9am –12md / Entrevistas para Consulta del Espejo, previa cita al tel. 176-7848 con Padma Khandro
6pm - 9pm Enseñanzas sobre Ngondro Especial del Linaje del Tesoro de Dudjom

Sábado 19
9am –12md / Entrevistas para Consulta del Espejo, previa cita al tel. 176-7848 con Padma Khandro
6pm - 9pm Enseñanzas sobre el Ngondro Ordinario: Los Cuatro Recordatorios que giran la mente hacia el Dharma

Domingo 20
9 -12am y 2 - 5pm Práctica Intensiva de Ngondro

Lunes 21
9am – 12md / Entrevistas para Consulta del Espejo, previa cita al tel. 176-7848 con Padma Khandro
6pm - 9pm Enseñanzas sobre el Bodhicitta – el cultivo de la mente compasiva

Martes 22
9am – 12md / Entrevistas para Consulta del Espejo, previa cita al tel. 176-7848 con Padma Khandro
6pm - 9pm Enseñanzas sobre Acumulación de Mérito – el cultivo de la generosidad

Miércoles 23. Descanso y Preparativos para el Retiro

Jueves 24 – Lunes 28 // Retiro Vajra Armor: Primer Nivel




DE LOS DONATIVOS SUGERIDOS

(leer documento sobre práctica del D A N A (click)).
Dana para Enseñanza y Práctica:
$15 US/sesión individual ($10 asistentes a Retiro)
$70 US por las 6 sesiones ($50 asistentes a Retiro) x pago anticipado.
Dana en Consultas del Espejo: $15 US por pregunta

DE LOS LUGARES.


Lugar de Entrevistas. Se confirmará oportunamente


Lugar de Enseñanzas y Práctica. Salón Interior en La Milpa Av. Espinoza #246 sujeto a cambio por indicaciones del Lama y si el cupo es rebasado.


Lugar para Retiro: Centro de Retiros Católico “Santa María” en San Antonio de las Minas, ubicado a 30 min. de la Ciudad de Ensenada


DEL CUPO DE ENSEÑANZAS y PRÁCTICA.

Limitado a 25 personas. Se sugiere inscripción anticipada.


DEL RETIRO.

domingo, 13 de enero de 2008

YESHE NYINGPO MEXICO



El Buda Shakyamuni

El príncipe Siddhartha nació como hijo primogénito de una familia real en el Noreste de la India hace más de 2500 años, en el Siglo VI AC. Su nacimiento estuvo precedido de presagios que llevaron a hombres sabios de la región a ver al recién nacido príncipe, pronosticando que éste, dependiendo de su educación y circunstancias, se convertiría, o en un gran rey, o en un gran maestro espiritual. Su padre, optando por la gloria que significaría para su familia el que se convirtiera en un gran rey, decidió crearle un ambiente protector, rodearle de placeres, y aislarle de los acontecimientos ordinarios de la existencia.

Siendo un joven, Siddharta vivió enclaustrado en sus palacios diseñados y construidos ex-profeso, rodeado de todos los lujos, comodidades y bellezas. A la edad de veintiocho años se aventuró más allá de los confines de su vida privilegiada en el palacio y por primera vez conoció el sufrimiento humano de la existencia en términos de vejez, enfermedad y muerte. Impresionado profundamente, movido por la compasión y el compromiso con los demás, y reconociendo que él también enfrentaría el mismo sufrimiento, renunció a su vida palaciega, y se dedicó a buscar la conquista de la liberación última del sufrimiento y de su origen.

Durante los siguientes seis años meditó y practicó intensamente en los bosques, investigando la naturaleza de la mente, lo que le llevó a una profunda realización espiritual.

Mientras estaba sentado bajo el Arbol del Bodhi, alcanzó finalmente el estado de la iluminación perfecta, con la cual se liberó de todas las aflicciones mentales, y todas las virtudes fueron maduradas completamente. El Príncipe se convirtió entonces en el Buda Shakyamuni. A partir de ello, se dedicó enteramente al servicio de otros durante cincuenta años, enseñando las verdaderas causas del sufrimiento y el camino hacia la liberación y la iluminación, hasta abandonar el mundo a la edad de ochenta.


El Budadarma es una Tradición Espiritual Mundial con más de 500 millones de adherentes, con un rápido crecimiento de estudiantes y practicantes en Europa y América.



S.S. Dudjom Rimpoché

Su Santidad Dudjom Rimpoché (1904-1987), fue la encarnación de uno de los veinticinco discípulos originales de Guru Rimpoché, y es considerado como uno de los más grandes maestros de meditación, erudición y poesía Budadarma de este siglo. Su Santidad fue la Cabeza Suprema de la Tradición Nyingmapa del Budadarma Tibetano, que data desde Padmasambhava. Como fundador de numerosos centros de meditación Yeshe Nyingpo, sus actividades fueron extensas, uniendo culturas y abarcando siglos de sabiduría. Su Santidad fue un autor prolífico y un Terton, o revelador de tesoros espirituales, responsable de muchas plegarias, únicas por su poder y belleza, y particularmente benéficas para nuestro tiempo. Su reencarnación, nacida en 1991, ha sido formalmente reconocido por S.S. el Dalai Lama. El poder de su aspiración es tal, que sus emanaciones benefician a los seres doquiera que las circunstancias sean propicias.

Ven. Gyatrul Rimpoché

El Venerable Gyatrul Rimpoché nació en la Provincia China de Sichuan cerca de la frontera Tibetana en 1925. A la edad de siete años, fue reconocido como un ‘’tulku’’ o rencarnación consciente de un ser espiritual. y reinvestido como Tulku del Monasterio de Dhomang. Rimpoché paso muchos años en retiro con algunos de los más grandes Lamas del Tibet y es un maestro altamente calificado del Budadarma Vajrayana. En 1959, debido a la invasión China al Tibet, Rimpoché emigró de su tierra natal a través de los Himalayas junto con otros 20,000 tibetanos, llegando con sólo 200 sobrevivientes a la India un año después. Allí vivió durante 12 años. En 1972 viajó a Norteamérica a impartir enseñanza a solicitud expresa de S.S. el Dalai Lama, adonde vivió y enseñó en Canadá, Hawaii, Massachusetts y San Francisco, antes de establecerse en 1979 en Ashland, Oregon. Su Santidad Dudjom Rimpoché designó a Gyatrul Rimpoché en 1976 como su representante espiritual y Director de Yeshe Nyingpo en la Región Pacífico. Rimpoché ha establecido varios centros en la Costa Occidental, y ha viajado y enseñado a miles de estudiantes en EUA y diversas partes del mundo.
Por razones propias de su avanzada edad y la fragilidad de su salud producto de las precarias condiciones de los refugiados en la India, Rimpoché se encuentra actualmente en semi-retiro y ha disminuido considerablemente la intensidad de sus actividades. Sin embargo, se mantiene en comunicación permanente con todos los centros y en íntima comunión con sus estudiantes desde su actual residencia en el área de San Francisco, California.

Gyatrul Rimpoché es muy querido por su gran chispa y sentido del humor, su inagotable compasión, su extraordinaria percepción, y su genuina humildad. Sus habilidosas técnicas de enseñanza han expuesto a sus alumnos el profundo camino del Vajrayana en forma única y amorosa.






Yeshe Nyingpo -Tashi Choling

Yeshe Nyingpo -Quinta Esencia de la Sabiduría Primigenia- es una organización educativa y espiritual no lucrativa fundada por S.S. Dudjom Rimpoché y el Venerable Gyatrul Rimpoché. Esta consiste en centros de meditación ubicados en Portland, Newport, Ashland, San Francisco, y Los Angeles, en los EUA, y en Ensenada, México.
Yeshe Nyingpo está dedicada a la preservación y transmisión de las antiguas enseñanzas de arte, ciencia y meditación Budadarma.

Tashi Choling, localizado en una extensión de 30 has., ubicado en el Valle Colestin cerca de Ashland, Oregon, es el principal centro de retiro de los Yeshe Nyingpo Región Pacífico. Fue fundado en 1978 por Gyatrul Rimpoché y consagrado en 1980 pr S.S. Dudjom Rimpoché. Desde entonces Gyatrul Rimpoché ha trabajado incansablemente para desarrollar éstas instalaciones hasta su esplendor actual. Una estatua de 10.5 mts. de Vajrasattva, dos estatuas de Tara, una estatua de Amitabha, un templo tradicional y la residencia del Lama, han sido todos construidos y patrocinados con la ayuda generosa de benefactores y voluntarios. Muchos estudiantes viven en el valle que rodea el templo y se reúnen regularmente para la enseñanza y la práctica. Los alrededores son un refugio a la vida silvestre al mismo tiempo que ofrecen un lugar de gran serenidad y belleza a los seres humanos.

El Presente

Han pasado cuarenta años desde la destrucción de la antigua tradición del Budadarma en Tibet. Actualmente ya son muy pocos quienes están calificados para enseñar los métodos auténticos utilizados en el arte sacro y ritual Tibetanos. En Yeshe Nyingpo y Tashi Choling tenemos la oportunidad única para estudiar estas disciplinas en un ambiente apropiado.

Puesto que todos los seres humanos deseamos por igual ser felices y liberarnos del sufrimiento, la preservación y práctica del Budadarma Tibetano, sus artes y su ciencia, pueden ser genuinamente benéficas no solo para los Tibetanos, sino para la humanidad entera. Si bien el cambio es inevitable hoy día para todas las culturas tradicionales, al establecer un apoyo educativo para el Budadarma en Occidente, podemos crear un puente cultural con el Oriente, asegurando así la continuidad de las tradiciones sagradas del Tibet.

Las Metas

El propósito de Yeshe Nyingpo y Tashi Choling es proveer un lugar que ofrezca refugio a la confusión y el bullicio de la sociedad moderna para el logro de la contemplación y el estudio del Budadarma. A medida que Yeshe Nyingpo y Tashi Choling crezcan, esperamos cumplir con la revelación inspirada y profética de S.S. Dudjom Rimpoché y Gyatrul Rimpoché, haciendo de este centro un lugar en donde el estudio y la práctica del Budadarma Vajrayana puedan florecer. A través de su generosidad y apoyo, puede unirse a nosotros para hacer de este proyecto un éxito. Su donativo será reconocido en una ceremonia de consagración de la virtud en su nombre, a beneficio de todos los seres.





Padmasambhava

Padmasambhava, también conocido como Guru Rimpoché, o Maestro Precioso (valioso como una joya), es considerado como una emanación directa del Buda. En el Siglo VIII tuvo un papel crucial al llevar el Dharma de la India al Tibet. En esa época el Rey Trison Deutsen del Tibet, había encontrado muchos obstáculos para lograr su sueño de establecer el Budadarma en su país. Y habiendo escuchado acerca del gran poder espiritual del maestro Dharma de la India, Padmasambhava, lo invitó al Tibet, adonde Guru Rimpoché sometió y transformó las influencias nocivas que estaban obstruyendo el florecimiento del Budadarma. En lo sucesivo, Gurú Rimpoché y su discípula principal y compañera espiritual, Yeshe Tsogyal, viajaron a través del Tibet enseñando las teorías y prácticas esotéricas del Budadarma Vajrayana, mediante el cual se puede obtener la iluminación en el transcurso de una vida. Esta tradición de práctica espiritual ha pasado a través de un linaje ininterrumpido hasta nuestros días, de un maestro realizado a un discípulo.

El Budadarma en Tibet

El Budadarma viajó al Oriente desde la India, hacia China, Tibet y otros países vecinos. Durante el Siglo VIII, las enseñanzas Budadarma fueron introducidas al Tibet por el gran maestro de la India Padmasambhava. Al establecer el Dharma en Tibet, Padmasambhava fundó la Universidad Samyé, la primera universidad monástica en Tibet. En aquella época, se tradujeron las escrituras Budadarma -los sutras y tantras- del sánscrito al Tibetano. En el siglo XII, cuando los musulmanes invadieron la India, las escrituras originales fueron destruidas, y las traducciones Tibetanas se convirtieron en el único vínculo existente con las enseñanzas originales de Buda.

A través de los siglos, florecieron muchas grandes universidades monásticas en Tibet. Las artes y las ciencias profundas del Tibet se desarrollaron como expresiones espirituales. De hecho, hay pocas culturas que hayan fomentado y elevado la vida espiritual a las alturas en que lo hizo Tibet. El retiro de meditación fué, y sigue siendo, una parte intrínseca de la práctica Budadarma Tibetana. Por todo el país, la gente de todos los niveles de la sociedad, reconocieron la práctica espiritual como un alto ideal. Este medio propicio ofreció la oportunidad a los practicantes, tanto laicos como monásticos, de alcanzar la realización.

Desde la invasión y ocupación de Tibet por China Comunista en 1959, su cultura única ha estado en peligro de extinción; muchos abusos continúan hasta la fecha. Muchos monasterios antiguos y lugares sagrados han sido arrasados y los textos y el arte sagrados destruidos. Más de un millón de tibetanos, incluyendo maestros espirituales, monjes y monjas ordenados y laicos, han sido asesinados. Frente a este genocidio masivo y la violenta supresión de la libertad espiritual, muchos Tibetanos han emigrado. Entre ellos estaban algunos de los valiosos maestros espirituales entrenados desde su niñez en la meditación. Estos dedicados guías espirituales, han sacado al Budadarma de su aislamiento en el Tibet, hacia el mundo moderno.




Oración para la gente y las naciones de la tierra

Que en este preciso instante
la gente y las naciones de la Tierra
no escuchen siquiera mencionar
los nombres de la enfermedad,
el hambre, la guerra, ni el sufrimiento,
y que más bien aumenten
su conducta pura, mérito,
riqueza y prosperidad,
y surjan por siempre el bienestar
y la buena fortuna supremas.
- S.S. Dudjom Rimpoché
(Jigdrel Yeshe Dorje)



Sobre el campo de la bondad amorosa, verde y lujuriosa,
un lugar adonde todos los seres reposarían contentos,
adornados con las flores en plenitud de la compasión de variadas formas,
refrescados por la sombra del bosque del gozo empático,
atendidos por aves y venados, adonde lagos, estanques y arroyuelos
alimentados por muchas corrientes puras de las montañas,
refrescan imparcialmente a los huéspedes oprimidos por el samsara:

Ahí, la propia mente, también en paz, practica !

- Longchen Rabjam.





COMO PUEDES PARTICIPAR CON YESHE NYINGPO

· Asistiendo a las enseñanzas impartidas por Maestros calificados.
· Asistiendo a las sesiones de Meditación e Instrucción Básica
· Sumándote a las tareas de organización, mantenimiento y promoción del Centro de Meditación.
· Participando activamente en sus proyectos hacia a la comunidad y el medio ambiente.
· Adquiriendo el material de estudio.
· Estableciendo un donativo mensual que ayude a solventar sus operaciones y actividades.

LISTADO TELEFONICO DE CENTROS YESHE NYINGPO REGION PACIFICO

ASHLAND, OREGON. TASHI CHOLING
503-488-3819 c/o Felipe Thomas
PORTLAND, OREGON
503-292-4004 c/o Clark Hansen
NEWPORT, OREGON
503-563-5729 c/o Ann Goddard
SAN FRANCISCO, CALIFORNIA
415-826-7181 Orgyen Dorje Den, con Scout Globus
LOS ANGELES, CALIFORNIA
310-450-2559 c/o David Johnston
ENSENADA, BAJA CALIFORNIA, MEXICO
646-176-0213 c/o Ignacio Beamonte



Queremos expresar nuestra gratitud a todos aquellos que han contribuido para crear este folleto en Inglés: Wang/Hunter Diseño, Imprenta Guardián, Fotografía Robert Mizono, Jamyang Singe, Alan Wallace y otros. En su preparación al Español nuestra gratitud a Gloria Tripp de Mancillas por su traducción. Sobre todo, agradecemos a Gyatrul Rimpoché por su incesante guía y sabiduría. A través de este esfuerzo es nuestro sincero deseo llevar la felicidad y el bienestar a todos los seres.




YESHE NYNGPO MEXICO

El lama tibetano Gyatrul Tulku, Rimpoché, impartía enseñanzas en Los Angeles, California, cuando le llamó la atención la presencia de un joven moreno, tan diferente de los anglosajones, y que resultó ser oriundo de La Paz, B.C.S. Le inquirió sobre una cruz que portaba sobre el pecho y supo que era un grado iniciático de la Gran Fraternidad Universal (G.F.U.), todo lo cual dio pie a invitar al Lama a visitar Ensenada e impartir una conferencia sobre Budismo, como parte de los festejos que realiza anualmente la G.F.U. por el natalicio de su fundador.


La primera escala del Lama fue Tijuana, donde impartió una conferencia y ceremonia de bendición, y con los asistentes compartió un sueño que había tenido la noche anterior en el cual aparecían un águila y una serpiente. Así se enteró por primera vez que esos elementos constituyen el emblema nacional, y que dicho símbolo proviene de los mexicanos antiguos.
Durante la conferencia impartida en Ensenada, al día siguiente -18 de enero de 1983-, comentó que la noche después de la conferencia en Tijuana, apareció en su sueño una mujer que le reclamaba no haberla mencionado como parte de su primer sueño y estaba asociada a la imagen de una montaña con forma de mujer dormida. Para su mayor sorpresa, se trataba de Iztaccíhuatl, La Mujer Dormida, montaña sagrada de los antiguos mexicanos y parte de una profecía asociada a una nueva era de esplendor. Motivado por estas señales propicias, impartió una ceremonia extraordinaria de Facultación (ceremonia en la que el Lama confiere todo el poder de que es portador por su linaje, que viene en línea directa desde el Buda) para aproximadamente 300 asistentes que abarrotaban el local del Instituto Aquarius. Como dato curioso cabe resaltar que el Lama fue obsequiado con galletas de dátil que él mencionó no haber vuelto a comer desde que dejó el Tibet, y que su presencia coincidió con el natalicio del maestro La Ferriére, quien se había inspirado en la tradición tibetana, de donde se deriva la similitud en nombres y símbolos que llamaron la atención del Lama.


En Verano de 1984 Loreto Romero, solicitó personalmente a S.S. Dudjom Rimpoché, cabeza de la escuela Nyingmapa, la formal autorización para que Gyatrul Rimpoché estableciera un Centro en Ensenada.


Fue así como quedó sembrada en Ensenada la semilla del Dharma, y en México la de la Tradición Nyingma –la más antigua en Tibet. Un año después, Gyatrul Rimpoché regresó a Ensenada para impartir una conferencia sobre Budismo, en el Salón Casino del Riviera, y en la cual dio a conocer el origen, preceptos y práctica del camino hacia el Despertar.
Desde entonces se han recibido enseñanzas de maestros como: Chagdud Tulku Rimpoché, Sogyal Rimpoché (Libro Tibetano de la Vida y la Muerte), Yeshe Dorje Rimpoché, Lama Rinchen, Acharya Lama Gyursam, Naomi Mattis, Bakha Tulku Rimpoché, Acharya Lama Dawa Chhodak Rimpoché, Tulku Thubten Rimpoché, Lama Lhanang, Dr. Marco Antonio Karam (director y fundador de Casa Tibet México), y


Actualmente existe un grupo que cultiva la práctica de la meditación y estudio del Budadarma en forma regular, y cuenta con servicio de biblioteca, salón de meditación, y que promueve la visita periódica de maestros calificados.

LOS CUATRO RECORDATORIOS IV

EL SUFRIMIENTO o LOS DEFECTOS del SAMSARA

Ni un solo ser sintiente que se encuentre en alguna parte de las seis regiones del samsara mora en una felicidad duradera, y la mayoría experimenta miserias más allá de la imaginación. Ahora, mientras descansamos en la relativa paz y felicidad de la región humana, debemos reflexionar en el sufrimiento, para desarrollar tanto una renunciación profunda hacia las causas del sufrimiento, como una honda compasión por todos los que lo padecen.

Como con el karma, no podemos atribuir nuestro sufrimiento a ningún dios o demonio vengativos. Las semillas del sufrimiento germinan en nuestra mente cuando el primer desliz de la ilusión dualista evoluciona hacia un apego y aversión auto-centristas, lo que se convierte en la base de acciones imperfectas y sus consecuencias kármicas. En otras palabras, nuestro sufrimiento surge de nuestro karma negativo, que proviene de nuestras no virtudes, que se originan a su vez en el desconocimiento de nuestra verdadera naturaleza no-dualista. Las densas proyecciones que etiquetamos como “las seis regiones” son parte de un continuo mental que comienza con la confusión dualista.

El sufrimiento cae en tres grandes categorías: cambio, proliferación, y compenetración. Estos son los mecanismos de miseria de todos los seres, desde las regiones divinas más encumbrados y bendecidas, hasta las más bajas de las infernales.

El sufrimiento del cambio es particularmente intenso en la región humana, porque la mezcla kármica que produce el renacimiento, yuxtapone pena y alegría. Por ejemplo, nos sentimos radiantes, pero una llamada telefónica devastadora –de nuestro jefe, corredor de bolsa, doctor, o madre- cambia completamente nuestra actitud. Nos sentimos afligidos, no solo por las malas noticias, sino también por la desintegración de la felicidad que sentíamos solo unos instantes previos. Una y otra vez, las fluctuaciones desgastantes de la impermanencia erosionan nuestro placer y socavan nuestra estabilidad.



La proliferación del sufrimiento, o “sufrimiento sobre sufrimiento”, se refiere a una cosa negativa que ocurre en tandeo, una detrás de otra. Estamos entrampados en una demanda legal y nuestra vida amorosa se deshace; nos diagnostican una enfermedad muy seria y perdemos nuestro empleo; una persona amada muere y chocamos nuestro auto. A veces parece como si la adversidad llegara desde todas las direcciones y nada fuera tan malo que no pudiera empeorar aún más. Nos preguntamos porqué los malos eventos se presentan en racimos. La verdad es que cada evento nace del karma creado en el pasado, y los resultados kármicos surgen a su debido tiempo en nuestra vida, como las ondas en un estanque cuando se avienta una piedra. Ya hemos arrojado la piedra y ahora estamos experimentando las ondas.

Y de hecho, no solo una, sino incontables piedras de pasados eventos kármicos crean diseños de ondas impredecibles y turbulentas en esta vida.

El sufrimiento compenetrante se parece al del aceite de una semilla de ajonjolí, que no aparece hasta que la apachurramos, o como la peligrosa resaca de un mar en calma, invisible hasta que alguien es jalado hacia adentro. Nosotros, como toda la gente, estamos a menudo cómodamente inconscientes del sufrimiento que satura la existencia ordinaria, que es inseparable de la red de la existencia condicionada. Por ejemplo, la mayoría de la gente come sin pensar en los animales sacrificados por su carne, o en los insectos destruidos al cultivar vegetales, o en el esfuerzo y exposición a substancias químicas de los agricultores, o en la codicia involucrada en la distribución y el mercado. Existe no virtud y sufrimiento en cada eslabón de la cadena que nos lleva la comida a la mesa, muy a pesar del placer de comer. Y así es con cada aspecto de la cómoda existencia ordinaria. Si le rascamos a la superficie, descubrimos el sufrimiento inevitable y compenetrante.

El sufrimiento se muestra a sí mismo en las perturbaciones constantes del medio ambiente, en las interacciones negativas entre los seres, en la falta de libertad y felicidad duraderas. Nadie puede mantenerse inconsciente indefinidamente, porque la naturaleza verdadera del samsara es el sufrimiento. Todos tenemos un cúmulo de karma negativo y un almacén de venenos mentales, así es que, tarde o temprano, las tensiones de la existencia cíclica traerán el sufrimiento a flote.
La enseñanza de los cuatro recordatorios normalmente incluye descripciones gráficas del sufrimiento en las seis regiones. A nadie le gusta imaginar la miseria explícitamente, en particular de los horrores infernales. No obstante, los estudiantes Tibetanos del dharma, esperan recibir estas enseñanzas, mientras que los Occidentales se sorprenden e impactan cuando se les exponen. Algunos hasta piensan que el Lama está tratando de adoctrinarlos mediante el miedo y ya no regresan.

En una ocasión, y cuando Chagdud Rimpoché estaba impartiendo enseñanzas extensas sobre las regiones de la existencia, una mujer que estaba explorando tentativamente el Budismo, se le acercó después de la explicación sobre los infiernos. “Soy Católica, y creo que lo seguiré siendo,” le dijo, “porque ustedes, los Budistas Tibetanos, tienen dieciocho infiernos, y nosotros solo lidiamos con uno.”
Ciertamente, el producir temor y hastío hacia el sufrimiento del samsara es uno de los propósitos de estas enseñanzas. Desde su compasión, el maestro desea disipar la ignorancia de los estudiantes sobre las consecuencias kármicas. Sin embargo, subyace una motivación más profunda, y es el despertar su compasión hacia aquellos que están atrapados en las seis regiones e inspirarlos a obtener el poder para conducir a esos seres hacia la liberación.

INSTRUCCIONES PARA LA MEDITACION.

Comienza contemplando el sufrimiento, enfocándote en las seis regiones. Vívidamente imagina la existencia dentro de cada una de ellas. Tu mente puede entrar en otras regiones mediante el poder de la visualización, lo que te permite descubrirlas y desdoblarlas en tu experiencia. El potencial para cualquier experiencia yace en la mente. En la contemplación, extrapola algún momento de dolor que hayas tenido –una quemadura o congelamiento- hasta el dolor extremo de los infiernos gélidos o candentes. Los momentos de hambre y sed magnifícalos en la hambruna y deshidratación de la región de los pretas. Has que tu mente viaje así. Si la experiencia de otras regiones está más allá del alcance de tu imaginación, será suficiente con la contemplación del sufrimiento humano. Por ejemplo, colócate tú mismo en el lugar de un prisionero de guerra, en temor constante de ser mutilado o masacrado, rodeado de devastación, separado de sus amigos y familia, confrontado por una brutalidad y odio inhumanos.
Si aún el regocijarse de una victoria violenta sobre los enemigos genera un karma terrible, tanto más trágico resulta la participación forzada en la masacre. Nadie está exento de la espiral descendente –ni los líderes quienes serán los kármicamente responsables por cada herida y muerte que ocurra debido a sus órdenes; ni los soldados que ejecutan la matanza; ni las víctimas que fueron catapultadas hacia el bardo con sus mentes inflamadas de ira.

Esta región humana no carece en ningún modo de sufrimiento. La profundidad de tu contemplación depende de verdaderamente ponerte a ti mismo dentro de situaciones tales, que te permitan sentir lo que otros sienten, ponerte en sus zapatos. Cuando esto se haya logrado y la mente añore la cesación, abandona todo pensamiento y reposa.

Cuando los pensamientos intervienen, genera compasión. Piensa en los incontables seres de las seis regiones. En el transcurso de innumerables renacimientos cada uno de ellos ha sido tu progenitor. Están atrapados en ciclos de miseria y no tienen idea de como zafarse. Piensa en su predicamento hasta que la compasión brote como un deseo de que el sufrimiento presente sea aliviado inmediatamente, y de que sean todos finalmente liberados de las penas del samsara de una sola vez. Luego, abandona de nuevo los pensamientos y reposa.
Cuando los pensamientos inunden tu meditación, dirígelos hacia la oración. Implora porque el sufrimiento no te barra, y porque veas todo lo que surja como purificación. En la confusión que acarrea el sufrimiento, ora por no crear las causas kármicas de más miseria. Ora también para obtener el poder de conducir a otros desde las profundidades del samsara hasta un estado más allá del sufrimiento. Ora porque todos los seres sean liberados de los ciclos interminables de los sufrimientos samsáricos. Relájate entonces en meditación sin artificio.
Cuando surjan nuevamente los pensamientos, has la firme promesa de practicar el camino hasta obtener la liberación del sufrimiento en beneficio de todos los demás seres. Anteriormente, hundiéndote tú mismo en el océano del samsara, eras incapaz de rescatar a nadie. Ahora, mediante los métodos habilidosos del camino, existe esperanza de escape.

Toma la resolución de no volver hacia atrás, de no abandonar a otros, y reposa luego en la paz del relajamiento natural.

LOS CUATRO RECORDATORIOS III

EL KARMA

Nuestras acciones - virtuosas y no virtuosas, claras y obscuras- tejen los diseños de nuestra experiencia en el samsara. Ya sea que encontremos placer o dolor, o alcancemos las cumbres o los abismos de la existencia cíclica, ello está determinado por la calidad de nuestra propia conducta a través de las incontables vidas previas. El karma es el flujo inevitable de los efectos o resultados que surgen de las causas.

Mediante la comprensión de la fuerzas del karma, de la purificación de la negatividad, y sintonizando nuestra conducta con todo lo que es positivo, podemos fabricar una poderosa brújula espiritual que nos servirá para alcanzar el mismísimo umbral de la iluminación. Un Buda iluminado ha pasado más allá del dualismo kármico para lograr un estado infinitamente positivo, tan radiante, que su solo reflejo puede despertar nuestra experiencia de la naturaleza búdica. Nosotros aspiramos a ese estado exaltado, pero el camino hacia la revelación absoluta de la naturaleza búdica requiere de una atención asidua al karma. Como dijo Gurú Rimpoché:

“Aunque mi visión es tan vasta como el cielo, mi discernimiento de la conducta correcta es tan fino como granos de harina de cebada”.

Durante vidas incontables, cada ser sintiente teje una trama kármica tan extensa, que el diseño completo no se alcanza a percibir. Mucha gente vive en el temor debido a fuerzas kármicas desconocidas, sufriendo toda clase de miedos y fobias inexplicables. Para superar el miedo y el desconcierto, para purificar karma añejo y crear condiciones deseables, debemos reconocer que nuestra situación es resultado de nuestras propias acciones. Dicho reconocimiento nos trae cierta libertad, porque ya no seguimos atribuyendo lo que nos ocurre a fuerzas más allá de nuestro control, ni tampoco a algún dios o demonio poderosos quienes por simple ira nos envían aflicciones, o quienes por una sublime indiferencia no le otorgan descanso a nuestro sufrimiento. Dicho en breve: lo que hemos creado, podemos cambiarlo.

Nuestras creaciones kármicas semejan una obra de teatro olvidada que escribimos hace mucho tiempo. Repentinamente comienza a correr en escena y nos encontramos formando parte del drama.
Nosotros escribimos la parte estelar y hasta repartimos los personajes, y los episodios de júbilo y sufrimiento se desarrollan según el guión que nosotros mismos creamos. Una tras otra las escenas deben representarse, y ya es demasiado tarde para cambiar la presentación. Nuestro único recurso es escribir una obra diferente para el futuro.

La creación kármica tiene su origen en la mente, y la palabra y el cuerpo siguen el liderazgo de ésta. La ilusión dualista de la mente fomenta la tendencia a quedar sujetos a los deseos, a frustrarnos y enojarnos si esos deseos se desbaratan, a enorgullecernos si los deseos se cumplen, a encelarnos si se cumplen para alguien más.

Perdida en sus propias proyecciones la mente se hace cada vez más torpe y menos discerniente sobre las causas y efectos. Así surge una estupidez secundaria de la ignorancia fundamental sobre la naturaleza no dualista de la existencia.

Las acciones positivas son acordes con la virtud –con el altruismo, la bondad, la paciencia, la generosidad, la conducta recta, etc.. La mente y las actividades de una persona virtuosa se refinan cada vez más, se vuelve cada vez menos auto-centrista, menos torpe, y menos proclive a ocasionar daño deliberado o accidental.

Una pregunta común es la referente a la relación entre el karma individual y el de grupo. El genocidio representa un ejemplo extremo, en que un segmento completo de la población, incluidos los niños -que en su corta vida seguramente no han podido actuar incorrectamente-, es amenazado de aniquilación. Barridos de golpe por circunstancias tan sobrecogedoras, ¿Como puede cualquier individuo reconocer el genocidio como su propia creación kármica?

El hecho es que aún la injusticia atroz del genocidio refleja el karma de cada víctima. Cada uno tiene el destino kármico de pertenecer al grupo que lo sufre. Algunos, de acuerdo a su karma, morirán; otros no. Algunos mantendrán su compasión y humanidad, otros se envilecerán y degradarán totalmente –aún en el nivel impersonal del asesinato masivo que empareja a todos, cada persona tiene su propia experiencia interna.
Si en medio de situación tan terrible, uno siente compasión por otros que están en similar predicamento, entonces toma lugar una purificación profunda del karma.

Un momento de dolor en la región humana -hasta el de una simple jaqueca-, purifica el karma que pudiera ocasionar siglos de angustia en los infiernos, porque podemos transformar el sufrimiento cultivando una perspectiva espiritual. Si usamos la adversidad como un catalizador para la virtud y la compasión, la purificación kármica se vuelve rápida y profunda. Por otra parte, si tratamos de mejorar nuestras circunstancias externas de adversidad mientras que ignoramos las causas kármicas, las encontramos a menudo problemáticas. El tratar una enfermedad ocasionada kármicamente ilustra esto muy bien.

En última instancia, toda enfermedad surge del karma. Lo que llamamos “enfermedades kármicamente ocasionadas” difiere de las enfermedades ordinarias en que no responde al tratamiento y, si lo hace, una enfermedad nueva la reemplaza de inmediato. Las medicinas que funcionan para otros resultan ineficaces, y el bienestar se deteriora por la sucesión de una aflicción tras otra. Si uno busca orientación espiritual porque los doctores han fracasado, un lama podría sugerir prácticas de purificación o de salvar la vida de otros seres (como animales para carnada, cangrejos, etc.).

Después de algo de práctica, uno puede hallar el tratamiento médico adecuado, o la enfermedad simplemente se disipa sin más tratamiento. Con padecimientos muy resistentes, o en casos terminales, las prácticas de purificación ofrecen la confianza de que en vidas futuras uno no confrontará los resultados del mismo karma.

Hace algunos años, una mujer de Suiza inicio su entrevista con Chagdud Rimpoché diciendo: “Tengo cáncer. Dos cirugías fallaron, y me han desahuciado. Voy a morir”. Esto lo dijo sin mostrar ninguna emoción, y Rimpoché no la contradijo. Solamente sugirió que purificar su karma le beneficiaría para prepararse a morir. Así lo aceptó ella, y se le dio la práctica de Tara Roja, y un generoso estudiante Suizo le facilitó un lugar para practicar en retiro un par de meses. Rimpoché nunca la volvió a ver, pero después se enteró de que había conducido un retiro muy diligente, que sus síntomas desaparecieron, y que pudo vivir muchos años más.
Para describir lo que debe aceptarse, y lo que debe abandonarse, la doctrina Budista categoriza el karma en diez virtudes y 10 no-virtudes.

LAS DIEZ NO VIRTUDES

Estas incluyen a las tres del cuerpo –matar, robar, y la conducta sexual inapropiada-; a las cuatro de la palabra –mentir, calumniar, hablar ásperamente, y hablar inútilmente-; y a las tres de la mente –la codicia, la malicia, y la visión errónea. De nuestras acciones maduran tres categorías de resultados kármicos–la experiencia obvia, la experiencia similar a la causa, y las tendencias similares a la causa. Un ladrón que renace en la región de los “pretas” -espíritus desposeídos-, ilustra la experiencia obvia de los resultados kármicos. Un ladrón que renace como humano y es victimado por ladrones, ejemplifica una experiencia similar a la causa. Y un ladrón que renace como humano con un fuerte instinto por el robo personifica las tendencias similares a la causa.

De todas las no virtudes, matar es la más terrible, y de las diversas razones para quitar la vida, la peor es matar premeditadamente por ira u odio, y conduce a renacimiento en la región infernal. Matar por deseo, como es hacerlo por carne, pieles, o posesiones, puede conducir a renacimiento en la región de los espíritus desposeídos. Matar por ignorancia o descuido puede conducir a renacimiento en la región animal. Si el karma de haber matado a otro no ha madurado completamente, o si se ha mitigado parcialmente en vidas previas, entonces el asesino puede renacer en una región superior pero soportar mucha enfermedad, una vida breve, y posiblemente una muerte violenta, o renacer en un medio peligroso o deslustrado.

El robar significa tomar lo que no te ha sido dado. Están relacionados con el robo el uso de la autoridad para coaccionar a otros a ceder sus propiedades (como cuando un déspota dicta impuestos injustos), y con el despojo por engaños (el caso del comerciante que incrementa exorbitantemente los costos).

El robar puede conducir a renacer en la región de los espíritus desposeídos, o en circunstancias de pobreza y carencia extremadas.


Para monjes y monjas, la conducta sexual inapropiada consiste en violar los votos de celibato mediante el coito o la masturbación. Los legos la transgreden a través del adulterio. Conductas inapropiadas relacionadas son: el incesto, la seducción de infantes o de quienes hicieron votos, la violación, el coito en lugares sagrados o cuando se han tomado votos de abstinencia, el uso de personas dedicadas a la prostitución, y modalidades inapropiadas de realizar el sexo. El resultado de la conducta sexual inapropiada puede ser el renacimiento en regiones infernales, de espíritus desposeídos, o en lugares sucios, o contaminados por excremento. En el mejor de los casos, se vive con una pareja fea y con muchos enemigos.

El mentir cae en tres categorías: las mentiras grandes, destructivas, con intención de cambiar la opinión de otro respecto de una persona noble o sublime, o de creencias espirituales o doctrinas religiosas. Dentro de esta categoría también entra el investirnos de falsa autoridad espiritual como proclamar que pertenecemos a un linaje que no tenemos, dar respuestas equivocadas, y ofrecer facultaciones sin estar autorizados para ello.
Las mentiras ordinarias se dicen a expensas de, o en violación abierta a la verdad. Deseamos más dinero y por eso mentimos sobre la calidad de nuestros productos; queremos evitar el castigo y entonces mentimos para responsabilizar a alguien más de nuestros errores; buscamos respeto y nos abrogamos el crédito del trabajo de alguien más.
Siempre, hasta cierto grado, las mentiras ordinarias ocasionan daño, mientras que las de la tercera categoría, las de vanidad, deshonestidad, y auto-engrandecimiento, decepcionan sin causar daño. En éstas alardeamos de las capacidades intelectuales, psíquicas y espirituales que no tenemos, o exageramos nuestra importancia en diversos eventos.
El mentir puede ocasionar renacimiento como animal. Si se renace como humano se sufrirán abusos, calumnias, y se será ingenuo y fácilmente timado. Aún la halitosis resulta de la mentira.

Las calumnias ocasionan riñas, creando animadversión entre personas. Aún si fuesen ciertas, las palabras calumniosas que dañan la opinión de una persona respecto de otra, generan no virtud. Similarmente, debido a su intención disgregadora, los resultados kármicos de la calumnia surgen abiertamente como denuncias expresadas abiertamente frente a la persona, o como chismorreo clandestino y furtivo.
El renacimiento en regiones infernales puede ocurrir cuando la calumnia promueve abiertamente un cisma entre la Sanga. Si se renace como humano, no se tendrán amigos y se enfrentará gente agresiva y abiertamente contenciosa. Los desacuerdos brotarán fácilmente, y los subordinados serán problemáticos y rebeldes.

El hablar ásperamente significa usar palabras insultantes para criticar y censurar a otros, y relacionado con esto están las palabras hostiles que humillan. Cualquiera que sea la intención, el hablar ásperamente tiende a despertar el odio en el corazón de los demás. Quienquiera que hable así renacerá en circunstancias malvadas, siendo la peor de éstas la región infernal cuando esas palabras se dirigen hacia un Bodisatva. Y casi tan malo como esto es hablar a nuestros padres o familiares con palabras hirientes. Un proverbio Tibetano dice: “Aunque las palabras no tengan flechas ni espadas, destrozan el corazón en pedazos.” Y aún si el hablar ásperamente no nos conduce a renacer en regiones inferiores, podemos hacerlo en ambientes rocosos, tórridos, entre gente torcida, adonde escucharemos cosas desagradables, y cualquier cosa que digamos causará riñas.

El hablar sin sentido implica hacerlo a tontas y a locas, cotorrear innecesariamente, exponer doctrinas equivocadas, o impartir instrucciones del dharma a alguien que no quiere escucharlas o que no es un receptor apropiado. Una no virtud relacionada es hablar incoherencias y palabras indecentes. Esta modalidad de hablar sin sentido conduce a renacer como animal, o si lo hacemos como humanos, la gente ignorará nuestras palabras y no respetarán nuestras opiniones no importando cuán ciertas o sinceras las expresemos. Un reflejo externo del hablar sin sentido es la necesidad de mudarse a menudo debido a circunstancias inestables.

La codicia es desear apropiarse de la riqueza de otros o de la naturaleza. En forma similar, podemos codiciar las cualidades de otros, como su talento o inteligencia. Y ya sea que codiciemos riqueza o cualidades, el hecho es que no derivamos placer del que alguien más los haya adquirido. Los peores resultados de la codicia ocasionan renacimiento en la región de los espíritus desposeídos, pero si renacemos como humanos, seremos excesivamente avaros, y posiblemente incontinentes. Nuestros deseos serán frustrados y obtendremos exactamente lo opuesto a lo que pretendemos.

La malicia significa odio e intenciones nocivas contra los demás. Surge de ver a los otros como enemigos y entonces albergar hostilidad, del ver a los otros como rivales y albergar envidia, o de ver a los otros como a quien nos ha perjudicado y albergar venganza. La malicia ocasiona renacimiento en la región infernal, pero si encontramos renacimiento humano, seremos una persona despreciable viviendo en un ambiente salvaje, blanco de ataques y paranoia extremada.

Los poseedores de una visión errónea niegan las leyes de causa y efecto, y rehúsan reconocer la autenticidad de los objetos de refugio. Abogan por el eternalismo, el racionalismo ingenuo, el nihilismo y otras doctrinas falsas. La visión incorrecta puede ocasionar renacimiento como animal, o como ser humano de baja perspicacia y poca fe, que vive sin refugio ni soporte espiritual.

Uno de las más decepcionantes consecuencias de la no virtud, es su tendencia hacia la repetición. Por ejemplo, los seres infernales cuyo karma por haber asesinado se ha agotado hasta el punto de liberarlos de su tormento, pueden renacer en la región humana, pero serán niños muy violentos, o víctimas de la violencia, que gozarán torturando mascotas, insectos, y a otros niños, y que pueden asesinar nuevamente cuando ya son adultos. La no virtud crea una afinidad por lo malsano.

LAS DIEZ VIRTUDES

Las diez acciones virtuosas son las opuestas exactas de las no virtudes:
no matar, sino proteger la vida; no robar, sino practicar la generosidad; no ser indulgente en conductas sexuales inapropiadas, sino practicar la moralidad en la sexualidad (fortalecida mediante abstinencia en ciertas fechas sagradas y durante retiros espirituales); no mentir, sino hablar con veracidad; no calumniar, sino hablar armoniosamente; no hablar ásperamente, sino hacerlo con palabras reconfortantes; no hablar sin sentido, sino con discreción y significado; no codiciar, sino regocijarse en la prosperidad y cualidades de otros; no albergar malicia, sino cultivar la buena voluntad; no sostener visiones erróneas, sino fomentar las que son rectas.

Los resultados kármicos son también los opuestos a los de la no virtud: renacemos en la región humana o de dioses en un ambiente agradable y productivo; gozamos longevidad y buena salud; encontramos riqueza y recursos; tenemos un cónyuge bondadoso y leal; escuchamos palabras amables y suaves, de verdad y alabanza; nuestras palabras son bien expresadas y respetadas; nos hallamos con amistades compatibles; obtenemos lo que deseamos; surgen asistentes en nuestra ayuda; contamos con natural perspicacia y comprendemos fácilmente la validez de las doctrinas espirituales.

Así como las acciones no virtuosas fomentan la tendencia a repetirse, también las virtuosas. Practicando la virtud desarrollamos una afinidad por lo que es sano y que se prolonga hacia vidas futuras.

INSTRUCCIONES PARA LA MEDITACION

Primero evalúa completamente tu situación kármica. Sondea las circunstancias de esta vida para discernir los diseños kármicos establecidos en el pasado, y luego revisa tus pensamientos y acciones actuales como indicadores de lo que vendrá. Ningún ser sintiente prefiere el sufrimiento a la felicidad, y aún así, casi todos nosotros creamos las causas de la miseria. Actuamos inconscientes de las consecuencias kármicas, buscando gratificación en el momento, y luego culpamos a nuestra mala fortuna de las circunstancias negativas externas como si éstas representaran ocurrencias azarosas del destino más que los resultados directos de nuestra propia conducta.

Ahora, con resolución, sin la esperanza de evadir los resultados negativos de no purificarse la no virtud, sé testigo honesto de tu propia conducta. Otros podrán ensalzarte por tu buena conducta, pero solamente tú sabes si tus acciones están empañadas por una motivación impura o emociones ponzoñosas. Tarde que temprano tienes que viajar a través del bardo (etapa de transición) después de la muerte, despojado de todo excepto de tu conciencia y de las fuerzas del karma. ¿Porqué embozarte ahora en la hipocresía y las racionalizaciones si deberás mostrarte desnudo entonces? Reflexiona de esta manera, y después reposa tu mente.

Cuando surjan los pensamientos, úsalos para despertar tu compasión. Imagina como las fuerzas kármicas derrotan a los agresores crueles cuando éstos mueren, en la multiplicidad de la agresión que les rebota, en los eones de tortura en las regiones infernales. Piensa en aquellos cuyas vidas permanecen cómodas y neutrales, que extinguen las posibilidades de bienestar futuro al consumir los frutos del buen karma del pasado, y no haber sembrado semillas para obtener más. Contempla las vidas casi desprovistas de oportunidades para actuar con virtud – seres en regiones infernales cuyo tormento los enfurece aún más, espíritus desposeídos cuyos deseos insaciables los obsesionan, animales que depredan por instinto. Cuando el poder de la compasión te motive a aliviar de cualquier manera posible todo el sufrimiento que surge de la ignorancia del karma, relájate en una meditación sin artificios.

Cuando surjan los pensamientos, dirígelos hacia la oración. Implora que todos los seres puedan refinar perfectamente el buen sentido común para saber qué aceptar y qué rechazar. Pide porque cesen de culparse entre todos, y comienza purificando tu propia mente. Implora que mediante la actividad física bien disciplinada, las palabras bien escogidas, y la intención benéfica, puedas crear las causas de circunstancias afortunadas. Pide porque finalmente, podamos todos escapar completamente de éste desconcertante enredo de karma, y entremos en un estado de conciencia prístina. Luego, reposa.

Finalmente, poniendo rienda a tus pensamientos una vez más, comprométete a actuar en concordancia con la más refinada conducta, y a meditar hasta haber establecido la visión más elevada. Luego, reposa de nuevo.

LOS CUATRO RECORDATORIOS II

LA IMPERMANENCIA Y LA MUERTE

Nada prevalece, todo cambia constante e inexorablemente, y nadie debe nunca preasumir la permanencia de ninguna cosa. A cada momento de nuestra vida nos acercamos más a la muerte, y no podremos conjurarla cuando nos llegue finalmente nuestro tiempo. Nosotros moriremos; a los que amamos también, y asimismo todos los seres de las seis regiones morirán. Sólo el momento de la muerte permanece incierto, y así también el dónde y cómo. La muerte misma es pues inevitable.
La mayoría de la gente vive en la negación de la muerte; los practicantes viven impávidamente concientes. Para ellos la muerte es una poderosa motivación para encontrar el significado esencial de la vida. En la práctica Tibetana de Vajrayana, los símbolos de la muerte –el cáliz y los tambores de cráneo, las trompetas de hueso de fémur, rosarios de hueso, bailarines en disfraz de esqueleto- recuerdan vívidamente la proximidad de la muerte. El uso de tales implementos rituales no significa que los practicantes Vajrayana se encallecen ante la muerte o que no sienten pesar por la muerte de sus familiares y amigos, sino que el olor y textura de huesos viejos, por ejemplo, es una evocación o recordatorio: “Sí, yo también terminaré como un montón de huesos esparcidos o de cenizas en una urna . . .
¡Que pueda yo usar éste cuerpo sabiamente y no despilfarrar el tiempo que me queda!”

En Occidente, casi siempre que sintonizamos el televisor, y abrimos el periódico o alguna revista, nuestra mente es invadida por imágenes de muerte –la de miles de seres ocasionada por desastres naturales; la de famosas figuras públicas, la de gente ordinaria que murió en circunstancias extrañas. Aun así es inusual encontrarse con alguien que haya integrado la ineludible realidad de la muerte en la perspectiva de su propia vida. Pocos están preparados. La gran mayoría ven las nubes acumularse en el horizonte pero siempre esperan que la tormenta que presagian caiga en cualquier otra parte.

De las Cuatro Reflexiones, la de la contemplación sobre la muerte y la impermanencia es el más poderoso incentivo para la práctica. La muerte y la impermanencia no son dos fuerzas; la muerte es el despliegue dramático de la impermanencia. En realidad cada fenómeno es una sucesión del cambio, una serie de muertes infinitesimales adonde todo lo que existe en un instante cesa de serlo en el siguiente.
A nivel sub-atómico, aún la barra de hierro más densa se deteriora y es reestructurada constantemente –la percepción sutil de nuestra mente puede penetrar su solidez aparente. En una escala inconcebiblemente vasta, el universo ha surgido de la vacuidad y se dispersará en ella. Cuando éste mundo haya sido consumido por el fuego siete veces, inundado por el agua una vez, y dispersado por el viento, desaparecerá. El Monte Meru, centro del cosmos, resplandeciente de joyas y metales preciosos, cederá ante las fuerzas de la impermanencia.
Mientras tanto las estrellas explotan, las estaciones cambian, los días se hacen noche, y nuestras posesiones, relaciones, pensamientos, y emociones, van y vienen en un despliegue incesante y siempre cambiante.

El Buda Shakyamuni demostró la impermanencia pasando a su propio parinirvana. Sus discípulos, así como los grandes santos y maestros, traductores y académicos, reyes Dharma y patronos de las enseñanzas, cuyos brillantes nombres y logros iluminaron su propia época, ahora solo existen en historias y leyendas o ya los hemos olvidado. Muchos de los monumentos Budistas que alguna vez adornaron la India, Afganistán, Pakistán, China, Camboya, Vietnam, e Indonesia, han sido reducidos a montones de escombros, ruinas profanadas, y estatuas derruidas.

En el Tibet, muchos monasterios adonde miles de monjes practicaban, ahora están devastados, sus textos sagrados destruidos, las obras de arte robadas, y los grandes maestros asesinados o envejeciendo en el exilio. El pueblo Tibetano que alguna vez pastoreara yaks y borregos en las nevadas montañas, ahora vende suéteres junto al camino en las tórridas planicies de la India.

Todo en el Samsara es compuesto. Así como se integra, así también se disgrega. Reflexiona sobre estas cosas, y la realidad ordinaria se convertirá en una serie de apariencias oníricas, espejismos, burbujas. Y ya sea que éstas apariencias nos traigan alegría o pesares, no debemos aferrarnos a ellas –porque no son confiables, ni permanentes, o inherentemente verdaderas. Aún así, no podemos negar nuestra experiencia de su incesante despliegue. El explorar profundamente la naturaleza de la impermanencia, nos lleva a una visión más allá de los extremos de la existencia y de la inexistencia, una visión de apariencias inseparables de su propia naturaleza vacía.

INSTRUCCIONES PARA LA CONTEMPLACIÓN

Primero contempla la impermanencia –la progresión desde el nacimiento hacia la vejez y la muerte; la gente que vino y se fue; las posesiones; el siempre cambiante escenario; el juego caleidoscópico de los fenómenos. Piensa sobre el universo en constante movimiento; piensa en las partículas sub-atómicas de tu propio cuerpo, tan cinéticas, que en cualquier instante de su existencia su ubicación exacta es solamente una probabilidad. Contempla la muerte, las incontables muertes pasadas y las incontables por venir; la incertidumbre de cuándo y cómo ocurrirá la próxima vez. Imagina formas específicas en que puede ocurrir la muerte, la separación repentina de los amigos y la familia. Contempla así hasta que percibas la cohesión aparente de la vida como a una ilusión transparente. Cuando te canses de contemplar, reposa la mente.
Cuando surjan otra vez los pensamientos, dirígelos hacia la compasión.
Reflexiona sobre cómo vivimos comúnmente en la negación de la impermanencia, y aún así somos zanqueados una y otra vez cuando aquello en lo que confiamos como sólido y duradero, se desintegra y desaparece. Recuerda el sufrimiento al momento de la muerte –el miedo, la separación de los que se ama y de las posesiones-, y recuerda las experiencias tumultuosas del bardo después de la muerte. Piensa cómo la mayoría de los seres, inconscientes de la impermanencia, pierden su sentido de la prioridad. Reflexiona de ésta forma hasta que te surja la compasión por ellos; luego reposa más allá de conceptos.
Y nuevamente, cuando la creatividad incesante de la mente origine pensamientos, dirígelos hacia la oración: que todos los seres puedan alcanzar tan profunda comprensión de la impermanencia que purifique totalmente la tendencia de aferrarse a las apariencias como reales, así como del apego y la aversión que surgen de ese aferramiento. Implora que puedas pasar las transiciones de la muerte manteniendo el reconocimiento de la naturaleza mental, y que tu realización se haga tan fuerte que puedas rescatar a otros de la confusión del bardo. Después, reposa tu mente.
Finalmente, cuando los pensamientos se presenten, formula el compromiso de vivir y practicar en el firme conocimiento de la impermanencia. Comprométete a comprender la verdadera naturaleza de todo fenómeno, positivo o negativo, y a buscar la esencia absoluta. Con esta firme resolución, abandónate a la meditación sin artificio.

LOS CUATRO RECORDATORIOS I

LOS CUATRO RECORDATORIOS
QUE TRANSFORMAN LA MENTE

INSTRUCCIONES PARA LA CONTEMPLACIÓN.

Comienza explorando la relevancia de esta sabiduría sagrada en tu propia vida y la de los demás. Luego suelta tus pensamientos y reposa en la meditación sin conceptos. Después, usa el impulso de la contemplación para despertar la compasión. Luego, vuelve a reposar la mente. Después, pide que todos los seres se liberen de las condiciones de la existencia cíclica, invocando las bendiciones de todos los seres de sabiduría para alcanzar esta aspiración.
Reposa, y finalmente, renueva tu compromiso de continuar en el camino de la iluminación para poder beneficiar incesantemente a todos los seres, y nuevamente reposa tu mente.
Al principio, pasa la mayor parte de tu tiempo en la contemplación, pensando, hasta que te canses de hacerlo. Luego, corta tus pensamientos y reposa. Cuando surjan los pensamientos -como siempre lo hacen- simplemente dirígelos hacia la siguiente fase de la contemplación. Algunos practicantes del dharma intentan meditar con inconceptualidad imperiosa para poder encontrar un respiro del constante parloteo de su mente, pero tan pronto dejan de meditar, el parloteo comienza de nuevo –un poco lo mismo que sucede cuando se oprime el botón de pausa en una grabadora para dejar de escuchar la música de un caset, para encontrarse con que al soltar el botón la misma música continúa. Sería mejor cambiar el caset de una vez.

La contemplación de los Cuatro Recordatorios cambia el caset de los pensamientos mundanos.

Las visiones internas que cosechas a través de la contemplación se expanden hacia la realización meditativa al reposar la mente. Nada se pierde porque no fijas las visiones internas en forma de palabras. Al regresar a la contemplación activa, encontrarás a tu intelecto refrescado por ese momento de relajamiento sin conceptos.

Como un ave levantando el vuelo con sus dos alas, la contemplación y la meditación juntas entrenan a la mente.

EL RENACIMIENTO HUMANO PRECIOSO

Aquí comenzamos el proceso desarrollando una perspectiva espiritual al contemplar la oportunidad preciosa de poseer un nacimiento humano completamente dotado, como herramienta básica para trabajar en el desarrollo espiritual. Nuestro cuerpo puede ser comparado con un barco, y nuestra mente con su capitán. Si los usamos bien, podremos cruzar a través de las traicioneras aguas de la existencia cíclica hasta la orilla de la verdad absoluta. El tener esta oportunidad preciosa y no utilizarla, representa un gran desperdicio –algo así como viajar a una isla llena de joyas otorgadoras de deseos, y no traerse ninguna de regreso. ¡Que gran remordimiento sentiríamos!
Este nacimiento representa la culminación de una gran virtud y la aspiración ferviente de perseguir una práctica espiritual. Ello no significa que carezca de frustración y dificultades. Debemos soportar el alumbramiento, la enfermedad, el envejecimiento, y la muerte, y, muy a menudo, no podemos obtener lo que queremos, evitar lo que no nos gusta, ni mantener lo que tenemos. Aun así, gozamos de las 18 libertades y condiciones favorables, resumidas por el termino Tibetano dal jor –adonde dal se refiere a estar libres de 8 condiciones desfavorables, y jor a gozar de 10 condiciones favorables.
Estar dotado con las 8 libertades significa estar libre de las circunstancias que hacen casi imposible conectarse con el dharma. Estas ocho libertades incluyen:

· renacer en los infiernos, como espíritu hambriento o como animal, lo cual implicaría un sufrimiento avasallador.
· renacer entre los dioses longevos, lo cual nos seduciría con placeres sensuales irresistibles (en las regiones bajas) y con estados de conciencia placenteros (en las regiones superiores).
· el renacimiento en una cultura viciosa que promueva la violencia y la maldad, nos cortaría por completo la conexión con el dharma.
· el renacer con visiones erróneas que nos ocasionen despreciar lo que es sagrado y abrazar lo que es decadente.
· renacer en un Eón en el que no se manifieste un Buda, dejándonos desprovistos de un camino espiritual.
· renacer con discapacidades físicas o mentales tan severas que no podamos escuchar o comprender las enseñanzas.



Las 10 condiciones favorables caen en 2 categorías:
La primera categoría incluye las condiciones que corresponden a nuestra situación personal:

· haber nacido como ser humano
· vivir en un lugar adonde pueda encontrarse el dharma
· gozar de todas nuestras facultades
· haberse abstenido de crímenes mayores, como lastimar a un Buda, matar a un progenitor, u ocasionar un cisma en una comunidad espiritual.
· tener confianza en la doctrina ética de Buda como fundamento de todas las cualidades positivas.

La segunda categoría incluye las condiciones que definen el contexto general en que puede darse el desarrollo espiritual:

· que haya aparecido un Buda en el mundo
· que exista enseñanza de la doctrina
· que la doctrina haya perdurado
· la oportunidad de practicar las enseñanzas
· la presencia de maestros cuya compasión y amor altruistas apoyan nuestro trabajo y tareas espirituales.

La dificultad extrema de lograr un renacimiento en la región humana, dotados totalmente de libertades y condiciones favorables, es expresada con varias metáforas.

1. El número de seres sintientes es tan vasto, que la probabilidad de obtener un renacimiento humano afortunado es igual a lanzar chícharos secos contra una pared, y que uno de ellos quede pegado.
2. Imaginemos al universo entero como a un vasto océano en cuya superficie flota un yugo de madera a merced de los vientos y las corrientes. En las profundidades de este océano nada una tortuga ciega que asciende a la superficie una vez cada siglo. La posibilidad de obtener un renacimiento humano afortunado es igual a la que tiene la tortuga de engarzar su cabeza en el yugo cuando asoma a respirar.

Los occidentales a menudo creen que uno renace una y otra vez como ser
humano, y tienden a considerar sus vidas pasadas como una serie de aventuras fascinantes más allá del alcance de la memoria. Es verdad que todos hemos tenido incontables variedades de renacimientos desde el principio sin comienzo de la existencia -reflejando cada uno nuestro karma- pero muy pocos de ellos como seres humanos.
Nuestro cuerpo representa una entidad compuesta que se desintegra en polvo al morir. La mente es insustancial, pero tiene una continuidad poderosa. Tanto su naturaleza inmutable como su tendencia kármica, continúan a través de los ciclos de muerte y renacimientos. Tan sólo necesitamos analizar los pensamientos que surgen en nuestra mente para ver que solo una fracción es del tipo que produce el karma afortunado para obtener un renacimiento humano dotado. La mayoría de nuestros pensamientos están teñidos con el apego y la aversión. Aún los venenos mentales sutiles pueden impedir un renacimiento auspicioso, pero los peores pensamientos, aquellos llenos de odio violento, pueden impulsarnos hacia un renacimiento infernal.
Patrul Rimpoché comprendió claramente la conexión sutil entre los pensamientos, el karma, y el renacimiento. Llevó una vida ascética muy simple, viajando a menudo, nunca llevando mucho consigo, escuchando las enseñanzas de muchos lamas. Algunas veces esos lamas no tenían idea de que el monje humilde que escuchaba tan intensamente sus discursos, era el renombrado escolástico Patrul Rimpoché, porque él no anunciaba su nombre ni ostentaba su rango de ser uno de los lamas más reverenciados de su generación.
Un día se detuvo en un médano. Mientras descansaba, gozando del cielo azul sobre su cabeza, y de la alfombra de flores que cubría la tierra, pensó:
“Cuán hermoso es todo esto”. En el instante siguiente agregó: “¡Que no renazca yo aquí!”. El explicaba posteriormente que el apego a toda esa belleza le hubiera conducido quizás a renacer en ese mismo lugar como un animal o un insecto puesto que no había habitantes humanos en ese lugar.
Si reflexionamos profundamente sobre lo precioso de este nacimiento humano, seremos inspirados para hacer un buen uso de su insuperable potencial para la iluminación. El darlo por hecho será la causa de un sufrimiento inconmensurable. Debemos entrenar nuestra mente durante el tiempo restante y eliminar todos los pensamientos indómitos antes de que proliferen hacia las incontables formas del samsara.


INSTRUCCIONES PARA LA CONTEMPLACIÓN

Primero, contempla la importancia de contar con un nacimiento humano precioso dotado con todas las libertades y condiciones necesarias para la práctica espiritual. ¡Cuán raro es! Y que incierto es que puedas encontrarlo de nuevo, ya que la mente puede conducirte fácilmente hacia una región no humana, o hacia un nacimiento humano con facultades incompletas. Reflexiona cuán grandes deben ser tu virtud y aspiración previas como para haber reunido las condiciones afortunadas presentes. Contempla bien esto hasta que la oportunidad excepcional otorgada por ésta vida –que no debe ser dada por hecho ni desperdiciada- se revele claramente. Luego deja que tu mente repose en un estado natural, de meditación sin conceptos.
Cuando surjan los pensamientos, dirígelos hacia la compasión. Considera a aquellos que sufren en las regiones inferiores y que poseen muy pocas posibilidades de obtener un renacimiento humano, debido a que sus densos obscurecimientos les impiden generar el mérito necesario. Piensa en aquellos que poseen un cuerpo humano y que no están dotados con las condiciones conducentes al desarrollo espiritual. Reflexiona sobre aquellos que obtuvieron un nacimiento humano pero lo despilfarran en actividades mundanas o destruyen su oportunidad perjudicando a otros. Recuerda que, aún para los practicantes, la tenencia de esta vida permanece tan incierta como la llama de una vela frente al viento.
Cuando la contemplación conduzca al deseo profundamente asentado de
que todos los seres logren liberarse de circunstancias espiritualmente empobrecidas, relaja tu mente.
Cuando surjan los pensamientos, implora al lama –como personificación de todos los Budas y Bodisatvas de las diez direcciones- que esta joya otorgadora de deseos que es el nacimiento humano, no sea arrojada irremediablemente al océano del samsara, sino que pueda ser usada para acumular mérito y obtener el reconocimiento de la verdadera naturaleza de la mente.





Pide que todos los que sufren en regiones inferiores puedan obtener un renacimiento humano, y que todos los humanos no dotados de condiciones espirituales puedan lograrlas, que los que son suficientemente afortunados sean dotados con las condiciones espirituales que satisfagan sus más elevadas aspiraciones. Ora para obtener el poder de ayudarlos. Luego sólo reposa.

Finalmente, al surgir los pensamientos nuevamente, dirígelos hacia el compromiso. Piensa así: “en mis vidas pasadas he tenido innumerables cuerpos, y los he alimentado, cuidado y defendido. Si todos esos cadáveres fueran apilados, formarían una montaña tan alta como el Monte Meru. La sangre que corrió por esas venas, y las lágrimas de frustración que derramaron formarían juntas un gran océano. Pero en todas esas vidas fallé en lograr la iluminación. Ahora, a través de la acumulación de todo mi mérito, he logrado este renacimiento extraordinario. Haré buen uso de éste, para beneficio de todos los seres sintientes.” Después, reposa la mente en una meditación serena.